Las inundaciones que azotaron el centro de Texas desde principios del 4 de julio han cobrado la vida de al menos 82 personas, mientras continúan las labores de búsqueda para localizar a decenas de desaparecidos. El condado de Kerr, al oeste de Austin, ha sido el más afectado por el desastre, con 40 adultos y 28 menores fallecidos, de acuerdo con autoridades estatales y locales.

Las intensas lluvias provocaron un aumento súbito en el nivel del río Guadalupe, que subió más de seis metros en menos de dos horas, arrasando viviendas, carreteras y campamentos. Uno de los lugares más golpeados fue Camp Mystic, un campamento de verano solo para niñas, donde se reportan al menos 10 menores desaparecidas junto con una consejera.

Equipos de rescate continúan trabajando en condiciones difíciles para localizar a 41 personas que siguen sin ser localizadas. Helicópteros, drones, embarcaciones y brigadas caninas han sido desplegados en distintas zonas del condado de Kerr y sus alrededores.

A pesar de los esfuerzos de evacuación y rescate, la situación sigue siendo crítica. El sheriff del condado advirtió que nuevas lluvias ya han comenzado a desbordar varios cursos de agua, lo que podría empeorar las condiciones en las próximas horas. Por su parte, el gobernador Greg Abbott instó a la población a mantenerse en alerta, ya que las inundaciones repentinas continúan representando un riesgo real en múltiples regiones del estado.

La cifra de fallecidos podría aumentar conforme avancen las tareas de búsqueda y rescate. Mientras tanto, se han habilitado refugios temporales y puntos de ayuda para los cientos de personas que han perdido sus hogares o han sido desplazadas.