Las autoridades federales anunciaron que trece presuntos integrantes de la pandilla Crips, detenidos durante una amplia operación realizada el viernes en Omaha, fueron formalmente acusados por su presunta participación en una cadena de delitos violentos que afectaron a comunidades de Omaha y Lincoln. Según la Policía de Omaha, los sospechosos estarían vinculados con homicidios, delitos relacionados con armas de fuego, tráfico de armas y otras actividades criminales que han mantenido en alerta a las fuerzas del orden desde marzo del año pasado, cuando inició la investigación.

Los fiscales señalan que varios de los detenidos habrían participado en un tiroteo ocurrido en junio, cerca de las calles 25 y Taylor, donde un hombre terminó en estado crítico. Ese incidente marcó uno de los momentos más violentos del año para la zona y se convirtió en una pieza clave en el seguimiento a las actividades de la organización. La Policía también informó que dos de los trece acusados enfrentan cargos adicionales por un tiroteo ocurrido en septiembre en Lincoln, en las cercanías de las calles 11 y O, donde una de las víctimas murió en el hospital mientras la otra logró sobrevivir.

Investigadores locales y federales destacaron que el proceso para concretar estas detenciones requirió meses de vigilancia, análisis de evidencia y coordinación interinstitucional. Aseguraron que la operación representa un paso significativo para reducir los índices delictivos en el área metropolitana, ya que identificaron al grupo como uno de los principales generadores de violencia.

Las autoridades subrayaron que muchas de las víctimas no tenían relación con pandillas, lo que incrementó la urgencia por intervenir. Con las acusaciones ya presentadas, el caso avanza a la siguiente etapa judicial, mientras la comunidad espera que estas acciones contribuyan a una mayor seguridad en ambos municipios.