EE. UU. – El gobierno federal dio un paso significativo hacia su reapertura luego de que el Senado aprobara, este domingo, la moción para romper un filibusterismo que mantenía detenida la votación de un proyecto de ley clave. La medida busca financiar al gobierno hasta finales de enero y deberá superar aún una votación formal en la Cámara Alta antes de pasar a la Cámara de Representantes y, eventualmente, llegar al escritorio del presidente Donald Trump.

De acuerdo con reportes de la agencia Associated Press, el avance ocurrió después de que un grupo de demócratas moderados aceptara continuar sin que se garantizara la extensión de subsidios para planes de salud, tema que había generado resistencia en las negociaciones previas. El acuerdo contempla además la reincorporación de algunos trabajadores federales despedidos durante el cierre y asegura que los beneficios del programa SNAP se mantengan financiados hasta septiembre próximo.

En medio del estancamiento legislativo, el congresista por Nebraska Don Bacon ha participado en la elaboración de una propuesta bipartidista orientada a poner fin al cierre gubernamental. El legislador ha insistido en que uno de los objetivos principales es normalizar el funcionamiento de los aeropuertos, que han enfrentado demoras, menor personal y afectaciones operativas durante las últimas semanas.

El proyecto impulsado en el Senado representa la alternativa más cercana para recobrar la estabilidad en múltiples agencias federales, que desde hace semanas operan con recursos limitados o permanecen parcialmente cerradas. A pesar de este avance, aún persisten tensiones políticas sobre el gasto federal, la administración de beneficios sociales y la manera de evitar futuros cierres.

El liderazgo legislativo deberá ahora sortear la votación final y obtener respaldo suficiente en la Cámara de Representantes, donde el equilibrio partisanosigue siendo frágil. A medida que el plazo se agota y la presión pública aumenta, congresistas de ambos partidos reconocen que el cierre, que ya es el más largo en la historia del país, ha generado impactos económicos significativos y ha puesto en riesgo servicios esenciales.

Si la legislación logra avanzar sin nuevos obstáculos, el gobierno podría reanudar operaciones en los próximos días, brindando un respiro a trabajadores federales, agencias afectadas y familias que dependen de programas clave.