NEBRASKA – A casi dos semanas del cierre del gobierno federal, el impacto económico y social comienza a sentirse con fuerza en Nebraska. El congresista Mike Flood pidió a los empleados federales que continúen cumpliendo con sus labores, aun cuando muchos de ellos no están recibiendo su salario debido a la paralización presupuestaria.

Entre los más afectados se encuentran trabajadores de servicios esenciales como la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) y el Servicio Nacional de Meteorología, quienes siguen desempeñando funciones sin compensación económica mientras se espera una resolución en Washington.

Aunque los miembros del ejército mantienen sus pagos activos por orden directa del presidente Donald Trump, el resto del personal federal enfrenta una creciente incertidumbre. Flood expresó su preocupación tras conversar con empleados de distintos sectores, quienes buscan respuestas sobre cuándo finalizará el cierre.

Los efectos del estancamiento gubernamental también alcanzan a programas de asistencia social. Beneficios como WIC y SNAP, destinados a familias de bajos recursos, se encuentran suspendidos temporalmente, dejando a miles sin acceso a alimentos básicos. Además, el Farm Bill de Nebraska permanece congelado, afectando a agricultores que dependen de ese apoyo para sostener sus operaciones.

Otros servicios críticos, como la telemedicina para adultos mayores y los seguros federales contra inundaciones, también están detenidos, generando preocupación entre comunidades rurales y zonas vulnerables del estado.

Mientras las negociaciones continúan en el Congreso, la incertidumbre crece entre los trabajadores federales y las familias que dependen de los programas suspendidos. Las autoridades locales advierten que, de prolongarse el cierre, las consecuencias podrían intensificarse y afectar aún más la economía estatal.