OMAHA, Neb. – El alcalde de Omaha, John Ewing Jr., y el jefe de Policía, Todd Schmaderer, ofrecieron este viernes una conferencia de prensa para actualizar la información sobre el alto de tráfico que involucró al campeón mundial de boxeo Terence “Bud” Crawford el pasado fin de semana. El hecho, ocurrido pocas horas después de un evento público en su honor, ha generado amplio debate en la comunidad sobre los procedimientos policiales y las relaciones entre los agentes y la ciudadanía.

Durante la conferencia, el jefe Schmaderer explicó que los oficiales involucrados en el incidente actuaron conforme a la política del Departamento de Policía de Omaha (OPD) y que, según la investigación, no hubo indicios de trato discriminatorio ni uso excesivo de la fuerza. No obstante, reconoció que existen “asuntos de responsabilidad” que el departamento debe revisar para evitar malentendidos y fortalecer la confianza pública.

Previo a la conferencia, el OPD publicó una línea de tiempo detallada del incidente, elaborada tras una revisión exhaustiva de los videos de las cámaras corporales, cámaras de patrulla y del sistema de vigilancia ubicado en el distrito Capitol. Schmaderer señaló que el análisis evidenció que ni Crawford ni su jefe de seguridad representaron un peligro real para los agentes, aunque en el momento de la detención los oficiales no contaban con esa certeza.

El informe policial identifica a los oficiales Mason Gregurich, con casi seis años de servicio, y James Valencia, con dos años en el cuerpo, como los agentes involucrados. Según el reporte, el automóvil de Crawford —un Lucid Sapphire 2025 sin placas por ser nuevo— fue detenido alrededor de la 1:30 a.m. del domingo, cerca de la intersección de 12th Street y Capitol Avenue, después de que los agentes observaran que el vehículo se desplazaba a alta velocidad.

De acuerdo con el OPD, uno de los oficiales detectó la presencia de un arma de fuego en el interior del vehículo mientras hablaba con el conductor, identificado posteriormente como Crawford. Por razones de seguridad, los cuatro ocupantes fueron ordenados a salir del auto a punta de pistola. Todos cooperaron de forma calmada y sin incidentes.

Crawford fue citado por conducción temeraria, y su jefe de seguridad portaba un arma legal registrada. Posteriormente, el departamento confirmó que todos los ocupantes contaban con permisos válidos para portar armas, de acuerdo con la legislación vigente bajo la LB77, la ley estatal que permite el porte sin necesidad de licencia.

El jefe Schmaderer reconoció que dicha ley ha complicado el trabajo policial, especialmente durante detenciones de tráfico. Señaló que cada vez son más frecuentes los casos en los que los oficiales se enfrentan a conductores armados legalmente, lo cual representa un riesgo y un reto operativo. Entre las medidas de ajuste, el jefe propuso incluir una pregunta obligatoria sobre la presencia de armas en el vehículo durante los primeros segundos de cualquier detención.

El OPD precisó que los oficiales no reconocieron de inmediato a Crawford. El oficial Gregurich, quien se acercó por el lado del conductor, no se dio cuenta de quién era hasta después del procedimiento, cuando el jefe de seguridad del boxeador lo mencionó. En cambio, el oficial Valencia, que se aproximó por el lado del pasajero, sí identificó a Crawford desde el inicio. Ambos, según el video, mantuvieron una comunicación respetuosa y profesional.

La línea de tiempo publicada por el OPD revela que, en menos de dos minutos, los agentes pasaron del contacto inicial a la identificación del arma y la detención preventiva. Gregurich declaró que, al ver un arma parcialmente cubierta en el piso, actuó según su entrenamiento, percibiendo una posible amenaza inmediata. Posteriormente, los oficiales verificaron que el arma era legal y que ninguno de los ocupantes representaba peligro.

El jefe Schmaderer enfatizó que la investigación sigue abierta, y que aún no se han realizado entrevistas con todos los ocupantes del vehículo, incluyendo a Crawford, quien actualmente se encuentra fuera del país, en Arabia Saudita. Agregó que, por razones legales y de respeto al proceso, el departamento no publicará los videos del incidente, aunque reconoció que tiene la autoridad para hacerlo.

Un día antes, el alcalde Ewing también había abordado el tema, destacando que el incidente, aunque no derivó en lesiones ni arrestos, incrementó la tensión en la relación entre la policía y la comunidad, especialmente en lo referente a interacciones con personas de minorías. El alcalde aseguró que la ciudad está comprometida con mejorar la transparencia y la rendición de cuentas dentro del cuerpo policial.

Entre las medidas que el gobierno local planea implementar se incluyen:

Programas educativos para informar a la ciudadanía sobre cómo actuar durante un alto de tráfico.

Revisión de datos para garantizar que los procedimientos se apliquen de manera equitativa.

Ajustes en los protocolos de respuesta para evitar que las intervenciones policiales se conviertan en espectáculos públicos.

Mayor integración comunitaria del Departamento de Policía, con sesiones abiertas para escuchar preocupaciones y propuestas.

Ewing añadió que una de las prioridades será analizar la frecuencia con la que los oficiales desenfundan armas durante una detención. Aunque no es un dato que la ley obligue a registrar, OPD mantiene estos informes internamente, y el alcalde insistió en que servirán como referencia para evaluar la proporcionalidad del uso de la fuerza.

Schmaderer, por su parte, reconoció la carga simbólica que tienen estos incidentes cuando involucran a figuras públicas o miembros de comunidades minoritarias. Dijo que comprende cómo este tipo de situaciones pueden generar desconfianza y que, por ello, la institución trabaja para reforzar la sensibilidad cultural y la capacitación táctica de sus agentes.

La administración municipal confirmó que el alcalde y el jefe de Policía organizarán una sesión pública la próxima semana para escuchar directamente las inquietudes de los residentes sobre el caso y los procedimientos policiales en general.

En su mensaje final, Schmaderer reiteró que el alto de tráfico a Terence “Bud” Crawford no fue resultado de un perfilamiento racial ni de un trato diferenciado, sino de una acción preventiva basada en la observación de conducción riesgosa. Sin embargo, subrayó que el departamento revisará el protocolo para equilibrar seguridad y percepción pública, especialmente en casos donde haya armas de fuego presentes.

Con información de WOWT 6 News