McCooK, Nebraska — El gobernador republicano de Nebraska, Jim Pillen, anunció el martes un plan para habilitar un centro de detención de inmigrantes en el suroeste rural del estado apodado Cornhusker Clink, utilizando las instalaciones de un campamento de trabajo penitenciario de mínima seguridad en la localidad agrícola de McCook. La medida, afirmó, forma parte de la estrategia de la administración del expresidente Donald Trump para ampliar la infraestructura destinada a agilizar las deportaciones.

“Esto es para mantener seguros a los habitantes de Nebraska, y a los estadounidenses de todo el país”, declaró Pillen en un comunicado.

El gobernador informó además que la Guardia Nacional de Nebraska proporcionará apoyo administrativo y logístico a agentes de inmigración en el estado. Unos 20 soldados participarán en estas tareas. Asimismo, la Patrulla Estatal de Nebraska firmará un acuerdo que permitirá a sus agentes colaborar en arrestos junto a funcionarios federales.

Contexto nacional: un sistema en expansión

El anuncio se enmarca en una ofensiva más amplia de la administración Trump, que impulsa la apertura de nuevos centros de detención en varios estados para alojar a un número creciente de inmigrantes arrestados por presunta permanencia ilegal en el país. En junio, el sistema de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) albergaba a más de 56.000 personas, la cifra más alta desde 2019.

Entre las nuevas instalaciones destaca el centro en los Everglades de Florida, apodado “Alligator Alcatraz”, inaugurado el mes pasado con capacidad para hasta 3.000 detenidos en estructuras temporales. Durante una visita, Trump sugirió que podría servir de modelo para otros recintos. Sin embargo, abogados y activistas han presentado demandas alegando violaciones al debido proceso, incluyendo acceso limitado a abogados y tribunales de inmigración, así como condiciones de vida deficientes.

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció la próxima apertura de un segundo complejo, “Deportation Depot”, en una prisión estatal del norte, con capacidad inicial para 1.300 camas, expandible a 2.000.

En Mason, Tennessee, las autoridades locales aprobaron —pese a fuertes protestas— un convenio para convertir una prisión cerrada en centro de detención privado. Y en Indiana, el llamado “Speedway Slammer”, de 1.000 camas, desató críticas en un estado conocido por el Indianapolis 500.

Reacciones en Nebraska: críticas y protestas

La propuesta de Pillen ha generado oposición inmediata. En un video publicado en redes sociales, la senadora estatal independiente Megan Hunt denunció la “falta de transparencia” en el proceso y señaló que su solicitud de acceso a correos electrónicos y documentos relacionados con el plan no ha recibido respuesta.

“Lo más importante que debemos hacer es proteger a nuestros vecinos, a las personas en nuestras comunidades que están siendo atacadas por estas organizaciones y personas que eligen encerrar, detener y hacer desaparecer a nuestras familias y amigos”, dijo Hunt.

Hunt instó a la ciudadanía a apoyar a organizaciones locales de defensa de inmigrantes, advirtiendo que cualquier respuesta legislativa no ocurriría hasta el próximo año y dependería del respaldo de suficientes legisladores.

El martes por la tarde, seis manifestantes se apostaron en el pasillo frente a la oficina del gobernador con pancartas que decían “No Nazi Nebraska” y “ICE = Gestapo”.

Maghie Miller-Jenkins, manifestante de Lincoln, cuestionó duramente la medida:

“Tener un campo de concentración aquí es inherentemente más peligroso para todos en Nebraska”, afirmó, añadiendo que el estado debería priorizar problemas como el hambre infantil y la falta de vivienda.

“Este estado tiene numerosas cosas en las que podría enfocarse para beneficiar a sus residentes”, agregó.

Próximos pasos

Aunque el plan avanza con respaldo del ejecutivo estatal y coordinación con agencias federales, la controversia apunta a una batalla política y social que podría intensificarse en los próximos meses. El centro de McCook, de concretarse, se sumaría a la red de instalaciones que está transformando el panorama de la detención migratoria en Estados Unidos, en un clima de polarización y escrutinio legal creciente.

Polémica en Nebraska por anuncio de centro de detención de inmigrantes en McCook

El reciente anuncio de que la ciudad de McCook, Nebraska, albergará un centro de detención de inmigrantes administrado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y autorizado por la administración del expresidente Donald Trump ha generado una fuerte controversia política en el estado. La decisión, respaldada por líderes republicanos estatales, ha provocado una respuesta inmediata del Partido Demócrata de Nebraska, que considera la medida perjudicial para la comunidad y contraria al debido proceso legal.

De acuerdo con el pronunciamiento de la dirigencia demócrata, la instalación, bautizada por opositores como “Cornhusker Clink” o “versión local de Alcatraz”, incrementará el clima de temor entre los residentes, afectará la cohesión social y perjudicará a familias inmigrantes que forman parte activa de la economía agrícola del estado. También se advierte que la ciudad afrontará retos adicionales, ya que coincide con el cierre de su hospital local, lo que podría agravar las tensiones comunitarias.

El Partido Demócrata de Nebraska ha manifestado que sus candidatos promoverán reformas migratorias que garanticen procesos legales justos y ofrezcan una vía a la ciudadanía para quienes ya están integrados en las comunidades. Además, han reiterado su apoyo a un control fronterizo seguro, pero basado en la dignidad y el respeto hacia las personas detenidas.

Por su parte, las autoridades republicanas aún no han respondido en detalle a las críticas, aunque defienden la necesidad del centro como parte de sus políticas de cumplimiento de la ley y seguridad pública. El debate refleja la profunda división política en torno a la inmigración en Nebraska, con visiones opuestas sobre cómo conciliar la seguridad fronteriza con los derechos humanos y las necesidades locales.

Se espera que en los próximos meses continúe la discusión, tanto a nivel legislativo como en la opinión pública, sobre el impacto que esta instalación tendrá en McCook y en el estado en general.

Por Oswell Reza
Con información de NCN