Los mercados bursátiles a nivel mundial experimentaban fuertes caídas este viernes, después de que China respondiera al significativo aumento de aranceles impuesto por el presidente estadounidense Donald Trump, intensificando la guerra comercial entre las dos mayores economías del planeta. Ni siquiera un informe del mercado laboral estadounidense mejor de lo esperado, usualmente un dato económico clave, logró frenar el desplome.

A media jornada, el índice S&P 500 caía un 3.8%, tras haber llegado a perder más del 5% previamente, siguiendo su peor día desde el inicio de la pandemia en 2020. El Promedio Industrial Dow Jones cedía 1,349 puntos (3.3%), mientras el Nasdaq composite bajaba un 3.8%. Las bolsas europeas sufrieron algunas de las mayores pérdidas, con índices principales hundiéndose alrededor del 4%.

La respuesta de China a los aranceles estadounidenses aceleró las pérdidas. Beijing anunció que impondría un arancel del 34% a todas las importaciones de productos estadounidenses a partir del 10 de abril, en represalia por la tarifa similar aplicada por Washington a bienes chinos. Esta escalada avivó los temores sobre el impacto en la economía global, reflejado también en la caída del precio del petróleo crudo a su nivel más bajo desde 2021 y el descenso en los precios de materias primas como el cobre.

Aunque los mercados recuperaron brevemente terreno tras conocerse que los empleadores en EE.UU. aceleraron la contratación el mes pasado más de lo previsto, el optimismo duró poco. Los inversores se centran en el futuro y en la creciente preocupación de que la guerra comercial provoque una recesión global. El S&P 500 acumula una caída cercana al 15% desde su récord de febrero.

El rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense continuó su drástica caída, señal de la creciente preocupación por la fortaleza económica. Empresas con fuerte exposición a China, como DuPont y GE Healthcare, registraron pérdidas superiores al 10%. La Reserva Federal enfrenta un dilema, ya que los aranceles podrían elevar la inflación, limitando su capacidad para bajar las tasas de interés y aliviar la presión sobre la economía. La incertidumbre persiste mientras los mercados evalúan la duración de los aranceles y la posibilidad de negociaciones o nuevas represalias.