Las tormentas severas que azotaron el centro y sur de Estados Unidos han dejado un saldo devastador de muertes, destrucción y comunidades enteras afectadas. En Arkansas, Danny Qualls observó con impotencia cómo amigos y familiares comenzaban la limpieza entre los restos de acero retorcido en su granja, después de que un tornado destruyera por completo la casa donde creció.

Al menos siete personas han perdido la vida en Tennessee, Missouri e Indiana a causa de los tornados, que en algunos casos lograron lanzar escombros a más de ocho kilómetros de altura. En Selmer, Tennessee, comunidades enteras fueron arrasadas, y el gobernador Bill Lee advirtió sobre la posibilidad de más víctimas a medida que avanzan las labores de rescate.

Las lluvias torrenciales y la amenaza de inundaciones catastróficas continúan en la región. El Servicio Meteorológico Nacional advirtió que más de un pie de lluvia podría caer en los próximos días, con el potencial de causar inundaciones históricas. En Nashville, Tennessee, ya se han realizado operaciones de rescate en áreas anegadas, mientras que en Kentucky, las autoridades se preparan para un impacto sin precedentes en zonas normalmente seguras.

En Arkansas y Mississippi, tornados con vientos de hasta 240 km/h han derribado casas, volcado automóviles y dejado a miles de personas sin hogar. La agencia federal FEMA se encuentra desplegando recursos de emergencia, incluyendo alimentos, agua y generadores.