Los Centros para el Control de Enfermedades fomentan prácticas seguras al calentar su hogar. Si planea utilizar una estufa de leña, una chimenea o un calentador, tenga mucho cuidado. Siga las instrucciones del fabricante y recuerde estos consejos de seguridad:

Encender la estufa para calentarse no es seguro; Tener al menos una de las siguientes fuentes de calor en caso de que se corte la luz:

Mantas adicionales, sacos de dormir y abrigos calientes de invierno.

Chimenea que cumpla con el código con abundante leña seca o una chimenea de gas.

Calentadores portátiles o calentadores de queroseno. Consulte con el departamento de bomberos local para asegurarse de que los calentadores de queroseno sean legales en su área.

Utilice calentadores eléctricos con interruptores de apagado automático y elementos no incandescentes. Asegúrese de mantenerlos alejados de materiales inflamables, como cortinas o mantas.

Utilice chimeneas, estufas de leña u otros calentadores de combustión solo si tienen ventilación adecuada hacia el exterior y no pierden gas del conducto de humos ni de escape al espacio de aire interior.

Haga que un técnico calificado revise su sistema de calefacción cada año.

No queme papel en una chimenea.

Asegúrese de tener una ventilación adecuada si debe usar un calentador de queroseno.

Utilice únicamente el tipo de combustible para el que está diseñado su calentador; no lo sustituya.

Mantenga las fuentes de calor, como los calentadores, al menos a 3 pies de distancia de cortinas, muebles o ropa de cama. Nunca cubra su calentador.

Nunca coloque un calentador encima de muebles o cerca del agua.

Nunca deje a los niños desatendidos cerca de un calentador ambiental.

Asegúrese de que el cable de un calentador eléctrico no represente un peligro de tropiezo, pero no lo pase debajo de alfombras o tapetes.

Evite el uso de cables de extensión para enchufar su calentador ambiental.

Si su calentador tiene un cable eléctrico dañado o produce chispas, no lo use.