NORFOLK, Neb. -- Leslie Rojas estaba lista para graduarse y viajar a Marruecos con el Cuerpo de Paz cuando llegó la pandemia del siglo.

"Estábamos todos en el chat del grupo informándonos unos a otros de lo que sabíamos", dijo Rojas, voluntaria especialista en educación del Cuerpo de Paz. Lentamente, uno por uno, los otros voluntarios se retiraron hasta que fue oficial que el Cuerpo de Paz estaba evacuando a 7000 voluntarios de 60 países y deteniendo los viajes.

Entonces, Rojas comenzó a trabajar en el Centro Regional de Norfolk como especialista en tratamiento de servicios humanos, liderando grupos de pacientes.

Este año, justo cuando estaba a punto de abandonar finalmente sus sueños del Cuerpo de Paz, la organización se acercó con disponibilidad en Ruanda.

No era una situación ideal: Rojas había estudiado ciencias políticas y estudios globales en la Universidad de Nebraska con especialidad en el Medio Oriente y África del Norte. 

"Creo que lo que inicialmente me motivó fue el hecho de que la gente realmente no sale", dijo Rojas, "Lo cual está bien, pero yo quería algo diferente. Siempre me han gustado los idiomas y las culturas". Había estudiado antes en Marruecos y la experiencia le resultó enriquecedora.

Así, Rojas terminó su último día de trabajo en NRC, el miércoles. Ella viajará hacia Washington D.C. el lunes, luego vuela a Etiopía antes de llegar a su destino de Ruanda.

Una vez en Ruanda, Rojas será maestra y desarrolladora de programas para jóvenes.

Ella vivirá con una familia durante los primeros tres meses, para enfocarse en el idioma y el aprendizaje cultural. Afortunadamente, ya ha estado tomando algunos cursos en el idioma de Ruanda con el Cuerpo de Paz. Luego, ella y el grupo de voluntarios de unos 23 miembros serán enviados a una comunidad específica y vivirán en su propia vivienda de forma independiente.

"Personalmente, espero aprender de mis compañeros voluntarios", dijo Rojas. "Y traer de vuelta lo que aprendo".