Los temores y los rumores infundados sobre las vacunas del COVID-19 se han extendido entre los pueblos indígenas peruanos, los cuales representan aproximadamente una cuarta parte de los 33 millones de habitantes de ese país.

Eso ha complicado los esfuerzos de vacunación en la nación sudamericana ya que solo alrededor del 25% de las personas en áreas indígenas han sido vacunadas.

Sin embargo, no es solo un problema de desinformación ya que es difícil llevar las vacunas a regiones remotas donde viven muchos indígenas y algunas clínicas están tan mal financiadas que carecen de gasolina para los vehículos.

Por lo que representantes indígenas se quejan de que el gobierno ha tardado en coordinarse con las comunidades.